Desde sus inicios las loterías han funcionado cómo medio de beneficencia para las comunidades, no obstante en sus inicios tuvo que pasar por bastantes obstáculos y oposiciones, por parte de autoridades y civiles, que veían este tipo de actividades cómo movimientos inmorales. La primera lotería tiene sus inicios en el siglo XV, la cual se estableció durante el reinado del rey Carlos III mediante la orden del 30 de septiembre de 1753 y tuvo lugar en la capital de España, la primera lotería se creó con el propósito de destinar utilidades para el apoyo de instituciones a beneficio de las ciudadanías. Estas tuvieron lugar por un periodo de 47 año donde se logró la construcción de varias instituciones y el restablecimiento de las misma, todo marchó bien a pesar de las oposiciones, hasta el año 1800 cuando se promulgó a nivel mundial la prohibición de loterías en establecimientos públicos cómo cafeterías y casa de juegos. De esta manera el gobierno se hace cargo asumiendo el monopolio, de esta actividad en función de que esta misma se consideraba cómo soporte de mantenimiento para gastos de manutención poblacional.

Con el movimiento y propagación de las loterias, empezaron a salir al mercado libros de estadística sobre cómo funcionan las loterías y cómo ganarlas, no obstante no faltaron los debates de aquellos que encontraba este tipo de juegos como inmorales. A finales del siglo XV la lotería empieza a darse a conocer en hispanoamérica, la primera lotería tiene lugar en la capital de Lima, Perú bajo el virreinato del Conde de Superunda, el principal objetivo por el cual se instauró la lotería fue la restauración del hospital San Bartolomé.
Gracias a la intervención mediante la cual el Virrey Marqués de Croix instauró la lotería en la Nueva España durante 1770, se prolifero está cómo una modalidad de juego limpio el cual ayudaría a aliviar muchas de las urgencias que más tarde emergieron debidos a las fuertes crisis económica y las guerras civiles, fueron vistas como herramienta también para evitar la inclinación hacia juegos de suerte prohibidos como naipes y dados los cuales eran practicados en lugares ocultos, y la lotería pasó a considerarse cómo una opción honesta y de beneficio para todos. A partir del siglo XVII se crearon espacios para la explotación de juegos de manera legal, los cuales se realizaban bajo supervisión y mediante una licencia expedida.
Estos juegos no eran aceptados por el hecho de que conducían a los vasallos a la ociosidad o al vicio, por lo que muchos de ellos podían caer en quiebra, además de los problemas sociales que ocasionaba en los jugadores cómo, el abandono de sus puestos de trabajo y familias disfuncionales. Estos juegos fueron altamente perseguidos por las autoridades durante el año 1800, hasta la promulgación que dio lugar a la legalización de este por parte del Estado Colonial Español.
Al quedar bajo el dominio estatal , la lotería cambió su cara y empezó a ser vista con otras connotaciones y se diferencia de los demás tipos de juegos, mediante la participación del estado, se nota un gran injerencia por su parte en tanto el proceso administrativo cómo en sus actividades, la lotería empezó a ser supervisada por las autoridades y se realizaba en lugares previamente establecidos, de esta manera el juego encajó muy bien dentro de las normas establecidas por las reformas borbónicas en el siglo XVIII.
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